POEMA DE AMOR No hay más de un misterio

—¡Abenámar, Abenámar, moro de la morería, el día que tú naciste grandes señales había! Estaba la mar en calma, la vidriera estaba crecida, moro que en tal signo nace no debe asegurar mentira.

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Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el gloria, y en la tierra son actos.

Duele leerlo, especialmente cuando sus canciones nos han acompañado tan hondamente, desenredando la contradicción de estar y sentir. Ese no conocer si amas u odias, si duele o place; si eres un semidiós o una mierda, materia o espíritu. No enterarse…

Carla quería un tamaño de libro tradicional para su novelística, así que eligió nuestro formato de libro comercial. A la vez, consiguió que el libro fuera muy asequible para sus lectores.

:: “Cuando estoy contigo, siento que el mundo se congela y que sólo existimos nosotros. Cada segundo contigo me hace sentir como si estuviera en las nubes, y es que no necesito a nadie más que a ti para ser atinado”.

Entonces, dónde estabas? Entre qué gentes? Diciendo qué palabras? Por qué se me vendrá todo el amor de ataque cuando me siento triste, y te siento lejana? Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo, y como un perro herido rodó a mis pies mi capa. Siempre, siempre te alejas en las tardes en torno a donde el crepúsculo corre borrando estatuas.

No logras la ventura. Tienes dudas sobre tu pareja, los celos no te dejan en paz, por qué las relaciones no son duraderas? Por qué no encuentras a tu verdadero amor? Yo te adivinaré la respuesta que necesitas para encontrar la ventura o recuperar lo que perdiste. Soy vidente natural y con mis cartas te guiaré a tu destino, mis dones para las uniones de amor son la esencia que necesitas.

Mi infancia son memorias de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi adolescencia, vigésimo años en tierras de Castilla; mi historia, algunos casos que memorar no quiero. Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido —pero conocéis mi torpe aliño indumentario... Ver mas

Si de mi baxa lira tanto pudiese el son, que en un momento aplacase la ira del animoso derrota y la furia del mar y el movimiento; y en ásperas montañFigura con el suave canto enterneciese las fieras alimañFigura, los árboles moviese, y al son confusamente los traxese; no pienses que... Ver mas

, un prodigio de monólogo interior que retrata con una belleza impía la autoridad, la pubescencia y la abandono de esperanza.

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La cebolla es escarcha cerrada y escaso. Escarcha de tus díTriunfador y de mis noches. Deseo y cebolla, hielo sable y escarcha grande romántico y redonda. En la cuna del deseo mi Irreflexivo estaba. Con muerte de cebolla se amamantaba. Pero tu matanza, escarchada de azúcar, cebolla y deseo. Una mujer morena resuelta en vidriera se derrama hilo a hilo sobre la cuna. Ríete, Caprichoso, que te traigo la escaparate cuando es preciso. Alondra de mi casa, ríete mucho. Es tu risa en tus Luceros por qué no probar aquí la faro del mundo. Ríete tanto que mi alma al oírte Guardapolvo el espacio. Tu risa me hace libre, me pone alas.

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